Páginas

Vestida de Mantilla

VESTIDA DE MANTILLA

Igual que cada año, con mi mantilla,
salgo a hacer penitencia por mis pecados,
con mis altos tacones, faldita corta,
las estampadas medias y  mi rosario.
Al mover mis caderas, todos me miran,
y yo bajo mis ojos, avergonzados,
y al escuchar piropos de tantos hombres
gozo al saberme un cuerpo tan deseado.
Aprovechando cierta larga parada,
tras recibir permiso del gran hermano,
me retiro al servicio de un restaurante,
pero, ¡qué mala suerte que está ocupado!
Iré al de caballeros, un momentito,
porque aunque me dé corte... ¡me estoy meando!
Allí, tras levantarme de la letrina,
observo que dos chicos se están besando...
Uno me guiña el ojo, tierno y coqueto,
y a unirme a sus caricias me está invitando...
Curiosa y sorprendida, me acerco un poco,
y al momento en mi cuerpo siento sus manos...
Con cariño y ternura, todas mis prendas
de mi cuerpo precioso van apartando,
mientras dejan caricias apasionadas
y enloquecidos besos en mis encantos...
Me quedo desnudita con la peineta
que mis niños fogosos han respetado...
¡Ay Señor! Les suplico que se apresuren
pues tal vez el cortejo ya esté avanzando;
así que sacan raudos sus herramientas
y una va a mi vagina y la otra al ano...
Yo me quedo callada, sin decir nada,
aunque sus lindos miembros de gran tamaño
con violencia penetren mis orificios
y hagan estremecerme de gozo y daño...
Los chicos, obedientes, se han dado prisa
y su líquido tibio ya me han dejado...
¡Me despido contenta que el sacrificio
haya vuelto felices a estos muchachos!

Jessy

No hay comentarios:

Publicar un comentario