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Desnuda para Ti

DESNUDA PARA TI 

Ven, extraño, contémplame desnuda, 
¿no te agradan mis curvas peligrosas 
y mi carne de suave tesitura 
que está pidiendo a gritos una polla? 

Tócame, forastero, pon tus manos 
de macho hambriento en mis enormes tetas, 
deja en ellas caricias y bocados 
en sus pezones rojos con violencia. 

Contémplame desnuda y excitada, 
¿te gusta este jardín de terciopelo 
con su cueva caliente que te aguarda 
para que te la folles por completo? 

Ven, cariño, y acércate a mi coño 
delicado y estrecho, pon tu boca 
en mi húmeda rajita y lame un poco 
y prepáralo bien para tu polla. 

Y mis nalgas, ¿te gustan, vida mía? 
¿Te excita este trasero tan enorme? 
¿Qué tal si con tus manos lo castigas 
y dejas en mi culo unos azotes? 

Soy tu puta, separa bien mis piernas 
y empújame con fuerza a la pared, 
y con pasión salvaje, con violencia, 
¡con tu polla sabrosa folla-me! 

Jessy

Mis Nuevas Tetas

MIS NUEVAS TETAS 

Estoy feliz con estas nuevas tetas 
y me miro al espejo complaciente; 
me excitas si acercándote caliente 
pegándote a mi espalda las sujetas. 

Me encanta cuando atrapas mis pezones 
entre tus dedos bruscos y traviesos, 
los llenas de caricias y apretones 
dejándome en el hombro un mar de besos. 

Me vas abriendo, amor, con disimulo, 
fijando la postura que conviene, 
y entonces, tras humedecerme el culo, 
introduces en él tu hermoso pene. 

¡Ay, Señor, qué alegría que me metas 
toda esa maravilla por mi gruta, 
mientras castigas mis enormes tetas 
haciéndome sentir como una puta! 

Jessy

La Lluvia

LA LLUVIA 

Me sorprendió la lluvia por la calle 
y me dejó empapado el vestidito, 
tan sexy, lindo, corto y ceñidito 
que me transparentaba todo el talle. 

Un joven resguardado en un portal 
me dijo: "lo mejor es que te metas 
aquí conmigo", y con mi par de tetas 
corrí a buscar calor junto al chaval. 

"Más vale que te quites esa ropa", 
me dijo el buen muchacho decidido, 
y echando al suelo el húmedo vestido, 
y más húmeda yo, me puso en popa. 

El cuerpo me secó mi amor bisoño 
vistiéndome con sus caricias tiernas, 
y golpeando fuerte entre mis piernas 
llenó de fuego cálido mi coño... 

Tan sólo recordarlo ya me lleva 
al éxtasis carnal que me perturba, 
y en tanto que mi mano me masturba 
espero ansiosa que de nuevo llueva. 

Jessy

En el Metro

EN EL METRO 

¡Señor, cómo estaba el metro 
al volver de la oficina! 
¡Todos tan apretujados 
que no me sorprendería 
si alguno le da un soponcio 
o se muere de la asfixia! 
Menos mal que un caballero 
me hizo hueco en una esquina, 
quedando con el detrás 
y enfrente una ventanilla. 
Ese chacachá del metro, 
la verdad, siempre me excita, 
y hoy debajo de la falda 
no me puse las braguitas. 
Algo sentí por detrás, 
pues mi ropa era muy fina, 
la falda bastante corta 
y la blusita ceñida; 
era un bulto misterioso 
que me hacía cosquillitas 
justo alrededor del ano 
y me llenó de alegrías. 
Con cuidado y disimulo 
me eché la falda arribita 
poniendo en ese orificio 
un poco de salivita; 
mi caballero ya estaba 
con su joya endurecida, 
y yo separé mis nalgas, 
aguanté la falda arriba, 
y contenta me dispuse 
a darle la bienvenida 
al húmedo visitante 
que allí me penetraría. 
Para ayudarle en su entrada 
puse mucha más saliva, 
y así se fue abriendo paso 
esa prenda de su hombría 
por mi culo exhuberante 
que gozoso la acogía. 
Allí, mientras penetraba, 
me dejaba mil caricias 
en mi vientre acalorado, 
mis ubres endurecidas 
y mis piernas que al compás 
de sus golpes se movían... 
Y luego empecé a gemir 
como jamás en la vida, 
pues muy grande era el placer 
que el momento me ofrecía. 
Muchos hombres y mujeres 
que todo lo percibían 
comenzaron a increparme, 
mas yo no les atendía; 
seguí gozando de aquella 
tan maravillosa dicha 
de sentir aquella joya 
golpeando detrás mía. 
Finalmente nos corrimos 
llegando la despedida, 
y yo, muy avergonzada, 
bajé del metro deprisa... 
¡Ay, Señor, cuántas sorpresas 
a veces tiene la vida! 

Jessy

Jugando con mi perrito

JUGANDO CON MI PERRITO

Jugaba con pasión con mi perrito,
que con su lengua fresca y juguetona
me empapaba de gozo los pezones
que se tornaban duros como rocas.

Poco a poco, mi amada criatura
trasladó sus caricias amorosas,
y abriéndome de piernas por completo
le ofrecí al animal mi flor hermosa.

¡Cuánto placer me dio su enorme lengua
danzando allí tan húmeda y tan loca
hasta hacerme estallar en las entrañas
los jugos que acababan en su boca!

Y mientras me chupaba mi perrito
tomando un pene rígido de goma
e impregnándolo bien de vaselina
lo introduje en el Templo de Sodoma.

¡Ay, Señor, esto sí es un paraíso!
¡Pasar así las horas y las horas
viendo jugar a mi perrito amado
en tanto gozo yo como una zorra!

Jessy

Vestida de Mantilla

VESTIDA DE MANTILLA

Igual que cada año, con mi mantilla,
salgo a hacer penitencia por mis pecados,
con mis altos tacones, faldita corta,
las estampadas medias y  mi rosario.
Al mover mis caderas, todos me miran,
y yo bajo mis ojos, avergonzados,
y al escuchar piropos de tantos hombres
gozo al saberme un cuerpo tan deseado.
Aprovechando cierta larga parada,
tras recibir permiso del gran hermano,
me retiro al servicio de un restaurante,
pero, ¡qué mala suerte que está ocupado!
Iré al de caballeros, un momentito,
porque aunque me dé corte... ¡me estoy meando!
Allí, tras levantarme de la letrina,
observo que dos chicos se están besando...
Uno me guiña el ojo, tierno y coqueto,
y a unirme a sus caricias me está invitando...
Curiosa y sorprendida, me acerco un poco,
y al momento en mi cuerpo siento sus manos...
Con cariño y ternura, todas mis prendas
de mi cuerpo precioso van apartando,
mientras dejan caricias apasionadas
y enloquecidos besos en mis encantos...
Me quedo desnudita con la peineta
que mis niños fogosos han respetado...
¡Ay Señor! Les suplico que se apresuren
pues tal vez el cortejo ya esté avanzando;
así que sacan raudos sus herramientas
y una va a mi vagina y la otra al ano...
Yo me quedo callada, sin decir nada,
aunque sus lindos miembros de gran tamaño
con violencia penetren mis orificios
y hagan estremecerme de gozo y daño...
Los chicos, obedientes, se han dado prisa
y su líquido tibio ya me han dejado...
¡Me despido contenta que el sacrificio
haya vuelto felices a estos muchachos!

Jessy

Las Montañas

LAS MONTAÑAS

Alpinista, ¿no has visto esas montañas
que no están ni en el Tibet ni en los Andes,
dos cálidos y generosos montes
que están aquí esperando tu viaje?

Alpinista, ¿no has visto las montañas
que esconden el escote de tu amante?
¿No subirás, viajero, con tu báculo
hasta estas cumbres para recrearte?

Jessy