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La Santa Licencia

LA SANTA LICENCIA

He pedido a mi párroco licencia
para dejarlo bien rasuradito,
pues me pica y me pica el conejito,
y él me ha dicho que sí con inocencia.

Mas pidióme llevarlo a su presencia
una vez que lo tenga arregladito,
así que perfumado y bien bonito
con gusto lo llevé a su reverencia.

Me quité las braguitas separando
cuanto pude mis piernas y ofrendando
mi tesoro para la bendición.

Y el párroco, sacando su sagrado
bastón dejó mi espíritu extasiado
con su santísima penetración.

Jessy

El Cuerpo de Hristo

LA ELEGIDA

Caminaba por una montaña
y paré a descansar en mi ruta,
divisando una imagen extraña
que me puso los pelos de puta.

¡Oh divina manifestación
del Edén inmortal, sacra joya,
inefable perfil de varón
que mostraba jugosa su polla!

Sin poder reprimir mi deseo,
pues mis ansias valientes no temen,
rienda suelta le di al chupeteo
y después... hmmm..... ¡me tragué todo el semen!

Acabada la rica comida
que con gusto infinito ingerí,
él mi dijo que he sido elegida
para dar testimonio de sí.

¡Ese semen divino y caliente
liberó a esta mujer pecadora
y ahora soy una humilde creyente
que a sus carnes sagradas adora!

Jessy